Tambo Incaico de Zapahuira
Los tambos (”tampu”) incaicos eran una especie de albergue o residencia no definitiva para agentes imperiales que controlaban la producción de las etnias locales para asegurar el aporte que debía hacerse al imperio, además de ofrecer albergue transitorio a los caravaneros y servicios como espacios para el pastoreo de las recuas, un poco al estilo del actual “Truck Center” de Lluta.
Luego describiremos las ruinas remanentes, pero ahora tratemos de ubicarnos en la estructura socioeconómica que sugieren. Sería aburrido visitar antiguas pircas de piedra si uno no se preparara para hacer que éstas contaran una historia y describieran la dinámica social que las creó.
Los incas establecieron su poder en la zona cerca del año 1450.
Zapahuira, dada su conexión privilegiada con los altos, los valles intermedios y la costa, se prestaba muy bien para ubicar puestos de control de las diversas poblaciones locales y servir de base para la aventura de establecer asentamientos cerca de la costa, como Mollepampa y un sector de Rosario en Lluta. La importancia que Arica tenía para los incas queda demostrada por la inusitada abundancia y calidad de los
khipus de Mollepampa y del Cementerio Miller en la costa.
Entonces, los incas se instalaron un poco al este de la actual Zapahuira, en el tambo 2, el cual muestra evidencias de ocupación estable (abundante basura), actividad productiva agropecuaria (corrales y
andenerías en abundancia) y conexión vial (Camino Inca, que roza las instalaciones). Además de los funcionarios imperiales, debió haber gente dedicada a producir y para acumular los excedentes y mejor atender a los “marchantes” o caravaneros, se instalaron las dependencias del tambo 1, a los pies del cerro
Huaycuta.
Si el tambo 2 es generador de recursos y sede administrativa (
foto), el tambo 1 es complejo de
colcas o silos de depósito y facilidades para pernoctar (
fotos), además de la posible actividad metalúrgica en la meseta del Huaycuta. Entre ambos hay una colina aparentemente poco explorada por los contemporáneos, que plantea interrogantes en los párrafos siguientes, los cuales espero que aclaren la confusión que acabo de esbozar.
Debiera ya estar claro que hubo importantes asentamientos preincaicos en Zapahuira (Huaycuta y
Chapicollo) y que los incas instalaron aqui un centro de control administrativo. Agreguemos que éste no había terminado de organizarse cuando la Conquista hizo que los incas abandonaran su gestión imperial.
No podría describir la organización del Imperio Incaico en pocas páginas. Sólo dejemos claro que el tema de comunicaciones (Camino Inca, “chaskis” o mensajeros imperiales) y el de fácil abastecimiento (colcas o depósitos de alimentos, ropa y armas) a lo largo de su extenso territorio era prioritario. Zapahuira es un excelente ejemplo de lo que para ellos era un módulo administrativo provinciano. En otra sección hay más detalles de la
presencia inca en Arica.
.
Al pie del cerro Huaycuta yace lo que los arqueólogos llaman tambo de Zapahuira 1 y colindando con el actual poblado homónimo, yace el complejo denominado tambo de Zapahuira 2.
El primero es un conjunto de colcas (silos o depósitos de sofisticada arquitectura para impedir el deterioro del material almacenado) que permitían guardar reservas alimentarias y que facilitaban el desplazamiento del ejército a lo largo de la incalculable extensión del imperio: bastaba darle a un general una asignación lejana, sin grandes desvelos logísticos pues las colcas proveerían las necesidades básicas.
El tambo 2 es el asentamiento administrativo o sede burocrática del centro de control. Uno y otro eran parte de una unidad integral, pero los separamos porque los culturalmente irresponsables constructores de la carretera actual pasaron a rompe y raja por encima de las colcas (
fotos) y separaron sin remordimientos a las estructuras 1 y 2, demostrando un respeto por nuestro pasado andino que ya no asombra a nadie. El camino antiguo respetaba cuidadosamente al complejo y pasaba al sur del cerro Huaycuta.
Pasando por encima del delito patrimonial de la carretera
No voy a describir las colcas del tambo 1 pues son paradero obligado de los turistas en su trayecto hacia Chungara. Un buen día del año 2000 me decidí a recorrer bien al lugar. Lo que hice fue creerme trajinero huésped de los incas en sus acomodaciones al pie del Huaycuta, e irme caminando al centro administrativo (tambo 2) (
foto). Me encontré con sorpresas poco documentadas...
Por solidaridad, segui el camino antiguo hasta que me vi obligado a cruzar la irreverente carretera actual. Desde allí, antes de llegar al tambo 2, tuve que soportar una vez más los reclamos del guanaco macho que es dueño del lugar, bajar una quebradilla, subir una colina y bajar otra quebradilla menos pronunciada.
¡Oh sorpresa!: no hay tambo 1 y 2 sino que todo es un espacio continuo, con pequeñas terrazas en la primera bajada y la consecuente subida,
chullpas (¿
colcas?) primitivas --medio centenar de recintos estrechos más o menos en forma de horno de barro pero aqui construidos con piedras-- en la colina intermedia, las que se continúan hacia el oeste con una zona de espacios cuadrangulares de pircas de una hilera, similares a las
kanchas del tambo 2 pero de murallas más primitivas y posiblemente incaicos o posteriores, porque lo de antes era circular. Hacia el este, la larga cima de esta colina llega a espacios circulares o cuadrangulares delimitados por pircas elementales que sugieren recintos habitacionales, terrazas agrícolas y corrales.
No cesan las estructuras de factura humana hasta llegar al complejo del tambo 2. Todo está tan cerca y es tan accesible, que llama la atención que la comunidad ariqueña no haya sido informada del detalle de la riqueza patrimonial que quiero identificar con este relato. Como otras en relación con otros caminos, las ruinas que componen el complejo Zapahuira están a la vera del camino que los turistas hacen al hermosamente fome lago Chungara, fome porque sin sospechar que por mirar sin ver se pierden ruinas que relatan con entusiasmo un pasado sumamente extraño para los estándares occidentales.
El tambo 2 aparece descrito por los académicos como ”dos unidades arquitectónicas separadas unos 150m una de otra, dejando en medio una serie de recintos circulares”.
A menos de 1km de la iglesia de Zapahuira, sus pircas confundiéndose con las contemporáneas, están las estructuras principales, con sus 2 recintos cuadrangulares (
kanchas) (
foto) delimitados por muros de 3 capas, separadas entre sí por los corrales circulares (y algunos cuadrangulares). Limitan al norte con el Camino Inca que se esfuma hacia el oeste al llegar a hermosas andenerías sin uso (
foto), pasando cerca de una decena de torreones funerarios o chullpas estrechas, circulares y de piedra (
foto). Más allá de los andenes está la misteriosa Quebrada de Ora que lleva a
Chapicollo, la cual tiene cuevas con
pictografias poco conocidas.
Resumiendo...
Descontando las paradas propias de un intruso, demoré menos de 1 hora entre el tambo 1 y el 2, aunque reitero que la separación es producto de una agresión de la modernidad (carretera). Poco más allá de las chullpas al oeste, el mar, aunque no visible, me pareció amistosamente accesible. Hacia el sur se extendía la rica y poblada precordillera (
Laco Alto y
Caillama,
Chapiquiña,
Belén,
Saxamar y sigue
Ticnamar,
Timar,
Codpa,
Pachica, Illape, etc.). Al norte,
Chapicollo y un universo entero que termina en el Cuzco. Al este, el Titikaka por donde la Pachamama nos parió. A mi alcance visual andenerías, poblados, chullpas, colcas, kanchas, corrales y en definitiva, infraestructura marcadora de progreso. Entonces invadió mi alma el espíritu del último kuraka que gobernó a ese módulo de trascendencia panandina y me dijo: “
Yo era fiel funcionario de los Señores del Universo, privilegiado por trabajar en el corazón administrativo de los altos de Arica: ¿qué pasó que todo se fue al diablo? No pude contestarle: ¿Cómo explicarle que con los Conquistadores nos habíamos contagiado con las llagas de la Modernidad? En su lugar, me iría mejor al
manqha pacha a esperar el próximo pachakuti...